
Las artes marciales siempre han estado profundamente relacionadas a principios filosóficos. El Budismo tiene especial importancia y una profunda influencia en las bases de dichas artes, siendo la meditación el camino elemental a la Iluminación.
Son muy conocidos los efectos positivos de la meditación constante en los seres humanos, salud y claridad mental, pero no sabemos qué es realmente esta práctica y como es la forma correcta. No se pretende hacer una interpretación científica, ni filosófica con estas simples palabras, pero sí un acercamiento a este fascinante mundo.
Todos los seres humanos tenemos el gran Don de una Mente sencillamente espectacular, un Ente de esencia Divina y de grandioso poder que no sabemos controlar concientemente. Parece una paradoja, ¿cómo voy a controlar algo que es el elemento que “regula todo”?, pues aquí es donde separamos Mente de Estados de Conciencia.
Si bien es cierto que todo el día se nos va en el constante uso de ese “órgano” que es la Mente, también somos presos de él. El trabajo, la agenda, cuanto tiempo tardo en llegar, los niños en el cole, las cuentas por pagar, el mantenimiento del coche, e infinidad de pensamientos que nos pasan por la mente unos tras de otros sin parar, y en ese caos de emociones y pensamientos existe cierto orden que nos permite desenvolvernos en un contexto social. Pero somos concientes de ¿qué somos?, y no me refiero a la satisfacción del Ego, Yo Soy Abogado o Ingeniero, un Gran Empresario, etc, sino a la propia existencia del ser sin Ego.
En algunos momentos de la vida nos encontramos con ese episodio de reflexión, cuando un familiar muere, un evento en el que nuestra vida corre peligro, o cuando las simientes de toda esta estructura mental se ve sacudida por algún hecho.
La Meditación nos permite refugiarnos de esa corriente de pensamientos y sentimientos que van y vienen sin parar. Ese refugio donde nos encontramos con nosotros mismos y nos damos cuenta de que somos parte del TODO.
Muchas personas dirán, “Es que yo lo he intentado muchas veces y nunca he podido poner la mente en “blanco” o no lo he podido mantener por más de 5 segundos”. Pues aquí están las primeras caídas del bebé cuando está aprendiendo a andar. El hecho de que se caiga no quiere decir que no va a aprender a caminar.
Ahora hay que aclarar varios puntos.
Desde antes de nacer y en las primeras semanas de vida teníamos la mente “Virgen”, un terreno fértil donde se han sembrado conceptos, emociones, preceptos sociales, etc., que definen en cierta medida nuestra personalidad. Debemos que entender que apaciguar o detener por un tiempo toda esta corriente de pensamientos es difícil, lo que no quiere decir que sea imposible.
Cuando meditamos y perdemos la concentración por algún pensamiento, lo que debemos hacer es corregirnos como una madre muy amorosa, compresiva y con mucha paciencia y volver nuestro pensamiento al “Objeto de Meditación” y continuar esa lucha, lo importante inicialmente, es darnos cuanta de que nos estamos desviando y que debemos volver al camino. Como practicantes de artes marciales sabemos que La Práctica Hace al Maestro, entonces debemos practicar, practicar y practicar.
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